miércoles, marzo 31, 2010

Reconstrucción

La destrucción abre paso a la reconstrucción. Desde 0 o a partir de lo que quedó.
Es facil levantar un martillo y dejarlo caer sobre el material a medio caer, una tentación empujar un muro de años para empezar a darle una nueva vida a los barrios de la ciudad.
Pero en este proceso, la pérdida de la memoria urbana y del poco patrimonio que nos va quedando se hace patente. No se ni creo que alguien en esta ciudad haya tomado nota de las viviendas que poseen alguna carácteristica particular y que estan en proceso de demolición o modificación. Fachadas que originalmente fueron armadas con estructuras de albañilería y con un rico desarrollo de adornos se estan convirtiendo en fachadas cubiertas por siding de pvc, dejando sólo para los que caminamos más de mil pasos por esta ciudad el recuerdo de arcos y pilares falsos.
En un ejercicio personal tome la decisión de hacer un registro de lo que se pueda, tal vez por una cosa de nostalgia. Un país que destruye lo que no detruye el terremoto debe tener al menos el recuerdo de la memoria fragil y del respeto por lo pasado.

Un extra... un regalo para el futuro
Rescate de la Casa Lienlaff

lunes, marzo 08, 2010

¿Trampas Mortales?

He vuelto para decir que, núnca en mi vida sentí un movimiento tan aterrador como el de la madrugada del 27 de febrero.
Hace ya un par de años que he residido en departamentos, piso 7, piso1, piso 14 y ahora en un piso 5. Buscando vista, independencia, seguridad, etc. un cúmulo de características propias de una construcción en altura, me fui trasladando con un cerro de cosas por la ciudad y luego con el tiempo a otras ciudades. Mi labor como arquitecto, me dio la confianza en estas estructuras, ultra calculadas y de un comportamiento ejemplar en eventos sismicos.
Claro, el evento núnca habia sobrepasado los 5 grados en mi vida, el resto era pura teoría.
Sentir que se pierde el equilibrio, escuchar pasar una locomotora por el living, ver como se estrella la lampara contra el techo es lo real, el terremoto de magnitud que núnca se espera.
Al fin, mi edificio resistió. Porque a pesar del movimiento, mi terremoto personal no sobrepasó los 6,5 grados Richter. Eso si, el terror no se olvida.
Entonces comencé a ver los estragos del terremoto en otros lados, Concepción fue el icono. El edificio Alto Rio. Que no sólo se remeció, sino que terminó desmayado en el suelo. Impresentable realidad. A la suma de la perdida de la vida humana, está la perdida de la confianza en las estructuras de altura. Se nos ha inculcado que todas nuestras estructuras están sobrecalculadas, que el diseño antisismico nos salva del colapso total, que aunque perdamos nuestras pertenencias no perderemos la vida. Pero la trágica destrucción nos dijo lo contrario, un edificio colapsó y causó la muerte de personas. Personas a las cuales debemos proteger mediante nuestra arquitectura.
De esto saldran muchas teorias y nuevas ideas de construcción, demandas y quiebras fraudulentas. Se rotulará el caso y se estudiará como ejemplo de la mala construcción, así como pasó con varias estructuras el año '85.
La ética deberá apoyarnos en este proceso que está por comenzar, la ganancia de la obra debe ser proporcional a la seguridad que se está brindando. La explosión de constructoras fugaces que sólo aparecen para vender en verde y entregar las llaves deben ser expulsadas del sistema. Las municipalidades deben tomar control de lo que se está construyendo en su comuna, tomar las riendas de las revisiones de los proyectos y un seguimiento responsable.
Claramente esto significará un alto costo, pero es la manera de no lamentar situaciones totalmente evitables.