sábado, diciembre 02, 2006

EL PLAN

Hay una vieja historia en esta ciudad, claro, vieja porque se ha ido extendiendo en los últimos años. El proyecto de plan regulador. Fui a una exposición donde se dio cuenta de una de las últimas correcciones que se han hecho. Hay muchos puntos que discutir, puntos dificiles de comprender de buenas a primeras y que han llevado a la comunidad a enfrentarse en innumerables veces con los planificadores a cargo.
Es muy dificil llegar a un punto común en el desarrollo de una ciudad, existen tantos intereses creados que cualquier decision que se tome pasa inmediatamente por el filtro de la economomía, negando cualquier punto que hiera la fuerza de las inmobiliarias. Mientras la ciudad sigue desparramandose hacia los margenes, dejando en el desplazamiento, una masa de viviendas "sociales" que han sido concevidas para el bien popular, bien que no es tal y que ha traido a la ciudad la carga de la marginalidad, la carga de los barrios cerrados y aislados de los servicios del centro urbano. He pensado muchas veces en el problema de desplazar a los más pobres lejos del centro, la idea de que la masa de trabajo se escapa cada día más lejos de la masa ABC1 y de los que creen serlo, es profundamente segregadora. Disminuye la incersión social, los servicios primarios no dan el servicio primario que debería, la desigualdad educacional se hace patente y el descontento sube cada vez más. Leyendo a Pablo Allard (CAPITAL N192) tuve la misma imagen que el comenta respecto a que se está creando en Chile un destino de ghettos periféricos. ¿Cual es la solución? Se vuelve de nuevo al interes económico que maneja las politicas de desarrollo urbano estos últimos años. No es que apoye o no el sistema político neoliberal que rige al gobierno, es un tema de moral cívica y social. Crear espacios para todos se ha hecho casi un lema hueco, duro despues de que se apoyó cada paso de reencantamiento democrático, defender esto es casi Quijotesco, no hay manera. El sitio más barato para los que no pueden pagar, lejos, aislados, no importa, no se quejan mucho. Hay que mover a la gente de los sitios que van a subir, especulando con los valores de mercado al 100% sin tener ningún tipo de cuestionamiento. Así es el Chile que vivimos, estancado en la desiagualdad, sin ningún atisbo de cambio a mediano plazo. Lo peor es que es un tema eterno y nuestros diputados y senadores están muy preocupados de limpiar sus nombres de las supuestas irregularidades sin hacer nada real, conversaciones bizantinas. No hay solución, porque nadie la quiere.