sábado, julio 26, 2008

LA GRAN CAPITAL

Los ciudadanos están sufriendo de las pesadillas que la ciudad le está brindando, a diario, las noticias nos muestran el lado más oscuro de la vida en comunidad. El estress causado por el hacinamiento y la falta de un orden acorde con lo que el ciudadano común requiere para subsistir, lleva a una gran parte de nuestra "sociedad en vías de desarrollo" a reaccionar fuera de toda lógica. Cuando las soluciones se convierten en problema, lo más seguro es que las crisis se darán con mayor intensidad y de formas más violentas.
No cabe duda que la envergadura de nuestra capital requiere de un limite, cuando vemos que las horas se pasan arriba de una micro o en un paradero repleto, ya no existe una condición de humanidad. Recorrer horas para llegar al trabajo o a los centros de estudio, vivir en silencio la impotencia de no poder solucionar nada al respecto, incide en crear al ciudadano sin consciencia.
El ataque sufrido por un chofer en Santiago, da cuenta hasta donde está llegando la masa. Casi en una catarsis, no se ve más alla de la acción del minuto. No hay remordimiento ni cuestionamiento, todos son culpables del problema. Que posibilidad existe en este minuto, sólo la de inflar una situación que nació sin destino, un plan político que es parte de las promesas inclumpidas por gobiernos, sin ni siquiera considerar el color que sea. Promesas que convierten al ciudadano común en un delicuente común. Problemas que hacen perder el poco de civilidad que le queda a este país.
http://www.emol.com/noticias/nacional/detalle/detallenoticias.asp?idnoticia=314811