Apuntes sobre el viaje y la frontera
Es necesario cruzar una frontera para que haya viaje.
El límite entre lo conocido y lo desconocido es fatalmente atractivo.
Sin embargo, a la fuerza centrifuga que nos empuja hacia los bordes se opone una fuerza más poderosa, la fuerza de lo cotidiano. Al impulso de partir se opone la inercia de quedarnos; al ansia de lo imprevisto, el placer de lo conocido; a lo salvaje, lo doméstico.
Ahí tenemos una razón para viajar: volver.
Pero hay más: el viaje nos ayuda a ver las cosas por primera vez. El mayor enemigo del hombre es el demonio de lo cotidiano, que deja caer sin ruido y sin dolor una fina capa de polvo sobre todo.
Y se puede viajar por muchas otras razones. Sin embargo, detrás de todas ellas, aun se oculta una razon más profunda, la que genera el impulso de partir. Y como sucede siempre que nos aproximamos a esas causas primitivas, no podemos percibiralas con claridad. Se desenfocan, se oscurecen.
Beltrán Mena.
El lugar de la arquitectura.
ARQ ediciones.
2 comentarios:
Paola:
Encontré tu blog y hace referencia al viaje y creo que diste con un texto precioso que Beltrán Mena publica en el diario La Nueva República.
Tengo el texto completo y dispuesto a compartirlo.
Además, colecciono textos de viajes y estudios sobre éstos. Te recomiendo leer a Joaquín Fernanddois, quien es el decano de la facultad de Historia de la UC.
Cualquier cosa me contactas a farayaurquiza@gmail.com
Fernando
Gracias por recordar mi humilde y enorme diario lleno de viaje La Nueva República.
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